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Caza/comercio/religión inuit

Caza y alimentación

Si bien los inuits no pueden verse como un grupo homogéneo dada la diversidad del área que habitan, y las diferencias que ello implica, sí que tienen una serie de rasgos comunes en sus modos de vida. Así el medio de subsistencia común para todos ellos era la captura de animales salvajes mediante la caza y la pesca, no dedicándose al pastoreo o la agricultura. Manejaban para sus desplazamientos y actividades el trineo de perros, el kayak y el umiak, y cazaban con arcos, flechas, lanzas y arpones.

Para la caza de la ballena, usaban el umiak, con unos 12 tripuLantes en cada una de las 2 o 3 naves. Solían esperar a la manada en los cabos o brazos de tierra que penetran en el mar, pues así era más fácil de transportar posteriormente. La ballena era lanceada por varios arpones atados a boyas hechas con vejigas de foca, de manera que la ballena iba debilitándose hasta morir. La ballena era transportada hasta la costa a remolque de los umiaks (con el consiguiente riesgo), o elevada al hielo si había sido capturada en un canal de la banquisa. Allí mismo era descuartizada y distribuida la carne entre los participantes. Además de la carne eran utilizadas la grasa, tanto para consumo como combustible, los huesos para la fabricación de casas y para la talla de artesanía y utensilios, y la piel, mattak, que sigue siendo un bocado muy apreciado hoy en día.

Caza y alimentación

La foca era el recurso más habitual en todos los pueblos del ártico. De este animal se consume todo, sirviendo de alimento, como fuente de vestimentas, y su grasa es utilizada como combustible. En invierno eran cazadas a través de los agujeros de respiración que practicaban en el hielo. El paciente cazador esperaba hasta que la foca asomaba para respirar, momento en el cual era arponeada al modo de las ballenas, utilizando distintos métodos para obligarla a respirar por aquel en el que él se encontraba el cazador. En primavera, cuando estaban tumbadas al sol, el cazador se ponía una piel de foca, y arrastrándose, imitaba sus movimientos hasta encontrarse suficientemente cerca. Cuando cazaban en grupo, una serie de ellos corrían hacia la foca produciendo mucho ruido, lo cual paralizaba a la foca aterrorizada, y desde la dirección contraria otros cazadores la arponeaban. Durante el verano las focas eran cazadas desde el kayak al estilo de la ballena, con arpones unidos a flotadores. Los inuit nunca han cazado crías de foca ya que estas no suponían mucha carne, al ser menudas.

El narval era cazado también al modo de las ballenas. Además de por su enorme colmillo, era muy apreciado por su piel, que contiene mucha vitamina C, que era considerada una delicia.

Las morsas eran cazadas, pero eran muy temidas por su agresividad al atacar a las embarcaciones. Se las engañaba mediante sonidos guturales que realizaba el kayakista, que recordaban al sonido de las orcas, su único depredador. Cuando tomaban el sol en el hielo, los cazadores imitaban este sonido frotando dos huesos de ballena, y ante el miedo, la morsa se arrastraba a tierra firme, donde era fácilmente arponeada.

La caza del caribú se realizaba en verano aprovechando las migraciones de este, y se consideraban un complemento a su dieta, si bien su piel era muy apreciada ya que es la más caliente y ligera. Se construían pequeñas figuras antropomórficas con piedras (inutsuk), hacia las que eran dirigidas las manadas mediante los ruidos y gritos de mujeres y niños, y que terminaban en corrales donde eran fácilmente cazados. Otras veces se les dirigía hacia los lagos donde eran cazados desde los kayaks.

Al buey almizclero se le cazaba aprovechando su posición de defensa, en la que la manada forma un circulo donde la línea exterior está formada por los machos, dejando a hembras y crías en el interior. En ese momento era se lanzaba una flecha a un macho que al sentirse herido atacaba a los cazadores, momento en el cual se soltaban a los perros que le atacaban y se le lanzaban más flechas y lanzas.

Caza y alimentación

Estos animales suponían la mayor parte de la dieta de los inuit, aunque además se cazaban otros como el lobo, el zorro ártico o el oso polar. Este era cazado con la ayuda de los perros, que jugaban con él hasta agotarlo momento en el cazador usaba las flechas y lanzas. También en función de la situación geográfica de cada asentamiento y de las riquezas naturales del entorno, se pescaba el salmón y otros peces migratorios, y se cazaban aves como complemento a si dieta ; el pato, el ganso o la perdíz nival. Además de con redes fabricadas con barbas de ballena, se las cazaba lanzando unas boleadoras, similares a las utilizadas por los gauchos sudamericanos, al grupo de aves, de manera que podían engancharse 2 ó 3 de un solo lanzamiento. En verano se dedicaban también a la recolección de los huevos de ave.

Los alimentos solían conservarse congelados, ya fuera invierno o verano, obteniendo bloques de hielo de los icebergs. Las aves se enterraban hasta su putrefacción, y eran comidas tal cual. En muchas ocasiones la carne o el pescado era dejado secar al sol, cortando la carne en finas lonchas.

Generalmente los alimentos se comían crudos o congelados., aunque era frecuente hervir el pescado en vasijas de esteatita sobre la lumbre de grasa, y en ocasiones se asaba la carne colocada sobre finas lascas de roca sobre el fuego. Los vegetales prácticamente no se consumían, tan solo en pueblos más de interior, y solía consumirse el contenido parcialmente digerido que se encontraba en el interior de los caribús

Comercio

Si bien las familias podían considerarse autosuficientes, existían ciertas relaciones comerciales con otros miembros de otros asentamientos. Estas transacciones comerciales se basaban en el trueque, generalmente de productos manufacturados, como pieles de caribú, foca o colmillos, o grasa de foca o ballena, entre grupos que carecían de estos productos por su situación. Tras varios años de intercambio se llegaban a constituir en “compañeros de comercio”, asegurándose un trato justo en el intercambio, hasta el punto de pasar penurias por suministrar a un compañero lo que él pidió, pero que también era necesario para uno mismo. Estas relaciones se solían cimentar con el intercambio de mujeres, y eran heredadas por generaciones posteriores.

Vestimenta

El Ártico es la región con un clima más severo donde se haya instalado el hombre. Con temperaturas que alcanzan los -50ºC, hay que añadir la sensación térmica que supone el viento, donde para un viento de 90 km/h y una temperatura de -40ºC, la sensación puede llegar a ser de -100ºC.

Por esto la vestimenta empleada siempre fue de mucha importancia, y lógicamente se basaba en las pieles de los animales que podían cazar. La piel más cálida es la del lobo, pero es muy pesada; también la de caribú, pero no es impermeable y se estropea con el agua del mar, mientras que la de foca a pesar de no ser tan caliente, es impermeable y soporta la sal del mar, por lo que las botas estaban hechas siempre de piel de foca, así como los trajes para el kayak; con la piel del osos se realizaban los pantalones, que gracias a las celdas de aire de sus pelos, resultaban cálidas y ayudaban a la flotación en caso de caída al mar. Las parkas, al igual que los pantalones, eran confeccionadas con dos capas de pieles, y según los lugares podían llegar hasta las rodillas o ser más cortas, mientras que las de las mujeres presentaban una capucha mayor donde podría colocarse el bebé.

La vestimenta era fabricada y cosida por las mujeres, que curtían las pieles masticándolas y las cosían usando tendones. La fabricación de la ropa también tenía un componente sobrenatural, ya que debía respetarse al animal del que se había obtenido la piel, ya que sus cualidades se trasladarían al cazador que las vestiría, por lo que las mujeres estaban obligadas a hacer unas prendas bonitas y bien acabadas.

Creencias

Como para la mayoría de las culturas primitivas, los inuit dotaban de personalidad a todos los objetos, animales o fenómenos, a los que consideraban poseedores de un espíritu o alma al que denominaban inua (persona) que  no debía ser ofendida, y para lo que existían toda una serie de tabús y ceremonias que eran preciso respetar. Además de estos espíritus existían deidades más poderosas como Sedna, diosa del mar que controlaba a los animales marinos, o la Luna, que era una deidad masculina que regulaba la vida de los animales, si se incumplían sus tabús sexuales humanos, la reproducción de los animales descendería. Sila (que en su lenguaje significa tiempo meteorológico, mente y pensamiento) junto con Sedna era la más respetada; puramente espiritual, sin representación física, era el sostén del universo y de toda la vida conocida. Según la tradición también existían enanos, gigantes (a los que se asocian con los Dorset), y seres de cejas blancas en los que no se podía confiar(vikingos).

Caza y alimentación

Siempre procuraban agradar a los inua, cumpliendo con las prescripciones establecidas, y tratando respetuosamente a los animales, para lo que también decoraban las armas con las que eran cazados, en señal de reconocimiento. Existian también amuletos que los protegían de los malos espíritus y canciones mágicas que sólo podía cantar el creador, y que eran transmitidas de padres a hijos, pudiendo ser incluso compradas si mostraban su eficacia. La enfermedad, el hambre y las desgracias naturales estaban relacionadas con la inobservancia de los tabús y las canciones no tenían ya poder suficiente, por lo que se requería la ayuda del chamán, que se ponía en contacto con los espíritus sobrenaturales. Estos chamanes entraban en trance y eran poseídos por los espíritus, o bien era el chamán el que enviaba su alma al mundo de los espíritus para resolver determinadas cuestiones. Los chamanes eran respetados y temidos por su poder, solían pertenecer a una familia, aunque también ser elegidos cuando caminando en solitario por la tundra una voz pronunciaba su nombre. Podían ser tanto hombre como mujeres ya entradas en la menopausia a las que se atribuían también poderes especiales.

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